domingo, 18 de septiembre de 2011

Siempre hay oportunidades, para el que las busca

Adam Shepard, graduado universitario, decidió probar si Estados Unidos aún era la tierra de las oportunidades. Así que se convertió en “inmigrante”: viajaría a una ciudad desconocida (elegida al azar) de otro estado, sólo con la ropa que tenía puesta, una bolsa de dormir y $25 (equivalente a tres horas de trabajo de salario mínimo).
Su meta a un año era tener un lugar dónde vivir, un carro y $2500. Se propuso no mendigar, ni usar sus contactos ni su profesión para ganarse la vida.
Diez meses más tarde decidió terminar el experimento, por la enfermedad de un familiar; sin embargo para entonces ya había cumplido sus metas y ahorrado casi $5000.
En nuestro país, más de un millón de ecuatorianos reciben gratis mensualmente del gobierno, desde hace varios años, el equivalente a más de 23 horas de trabajo de salario mínimo.
Ese dinero, costeado con nuestros impuestos, ¿les ayuda a superarse, o más bien los incentiva al desempleo y dependencia?