martes, 19 de julio de 2011

Cincinato, ejemplo de republicano

Cincinato fue un antiguo cónsul romano quien, caído en desgracia, empezó a labrar con sus manos la tierra para mantener a su familia (gran diferencia con los políticos actuales).
Ya retirado, mientras labraba su campo le informaron que el senado lo había nombrado dictador por seis meses para que dirija al ejército contra los eucos, que iban a atacar Roma.
Al instante dejó el arado y acompañó a los emisarios para cumplir su obligación cívica.
Cincinato asumió el mando supremo, organizó el ejército y enfrentó y derrotó a sus enemigos; rescató a los prisioneros; devolvió los poderes al senado, y volvió a trabajar a su granja. Todo, en dieciséis días.
En esta época de emergencias que duran varias veces más de lo que permite la constitución; de asambleas constituyentes que incumplen el mandato popular; de consultas para pedir aún más poder, recordemos a Cincinato, ejemplo de muchas virtudes cívicas y republicanas.

jueves, 7 de julio de 2011

La herramienta más útil del gobierno: prohibir

Interviene el gobierno para solucionar un problema: lo empeorará y disminuirá las libertades.

Como los narcotraficantes empleaban el bicarbonato de sodio, de golpe y porrazo se lo prohibió; tal parece que todos éramos sospechosos de narcotráfico. Ahora nadie encuentra un producto tan útil.

Para bajar los índices delincuenciales, derogaron los permisos para portar armas (todos éramos sospechosos nuevamente), garantizando víctimas inermes a la delincuencia.

Ahora para disminuir los robos de celulares, obligan a registrar las líneas (seguimos siendo sospechosos para el poder). Si alguien rehúsa, pues le cancelan la línea. Y si la medida resulta ineficaz (que lo será), el ogro filantrópico simplemente prohibirá el servicio prepago.

Se me ocurre una gran idea: para eliminar las coimas, ¿qué tal si prohibimos el dinero? Para eliminar los accidentes de tránsito, ¡prohibamos los autos!

Los ecuatorianos no parecemos ciudadanos, sino vasallos.

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Finalmente, varios meses después de escrita esta carta, las líneas que no hayan sido registradas no podrán realizar llamadas ni enviar mensajes de texto.

Siempre discuto con mi primo burócrata si el presidente puede dar “órdenes”. Yo afirmo que, legalmente, no tiene ese poder, sino que su potestad es aplicar la ley.

¿Hay base legal directa (nada de “interpretaciones extensivas” de la “intención del legislador”) que permitan al presidente esas prohibiciones? Yo lo dudo.

Recientemente se prohibió los casinos mediante decreto ejecutivo. Es cierto que en la consulta popular ganó la prohibición por estrecho margen. Pero, ya que la consulta no contenía sanciones, afirmo que se debió dictar una ley que las previera para imponérselas a quienes incumplieran dicha “prohibición”. ¿Qué sanciones legales pueden imponerse actualmente?

domingo, 3 de julio de 2011

Ecuador podría vender futuros de petróleo

El presidente ha mencionado su interés por asegurar el precio del petróleo, contratando con una aseguradora internacional.
Tal vez sería más conveniente que el país venda contratos de futuros de petróleo, en las bolsas de Chicago. Por cada contrato, el país se compromete a entregar mil barriles de crudo (Brent o Texas), recibiendo a cambio por adelantado el precio actual. Así, el país asegura el precio, renunciando a cambio a cualquier apreciación futura del crudo. Las comisiones son ínfimas, $3 por cada contrato aproximadamente.
Los contratos de futuro los usan, por ejemplo, las compañías refinadoras, que desean asegurar un precio estable de sus materias primas; y los productores, que desean garantizarse una rentabilidad mínima.
Como el crudo ecuatoriano es más pesado que el Brent o Texas, el país podría vender los contratos de futuro antes que venzan, para no tener que entregar el crudo; simplemente debiendo entregar o recibir la diferencia de precio.

martes, 14 de junio de 2011

El único empresario que castiga a sus mejores clientes: el gobierno

Debido a la sequía, disminuyó la producción eléctrica, monopolio estatal en Ecuador.
En vez de preguntarse cómo aumentar la producción, a los geniales tecnoburócratas del gobierno más bien se les ocurrió “castigar el consumo excesivo”, proponiendo triplicarles el precio del kw/h. De ahí la siguiente carta:
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Las empresas inteligentes tratan bien a sus clientes: los reciben con una sonrisa, les otorgan descuentos si compran en volumen. Toda compañía se alegra si la demanda de sus productos aumenta, pues significa más ingresos.
En cambio, para las eléctricas del gobierno, sus mejores clientes son “irresponsables, derrochadores, abusivos”, y los ¡castiga!, elevándoles el precio ¡hasta cuatro veces! si "compran mucho" los productos que ofrece monopólicamente.
Si las empresas trataran a sus clientes como el gobierno trata a sus siervos, perdón, ciudadanos, los perderían. Pero como son monopolios públicos, los consumidores debemos resignarnos a la escasez, al mal servicio, a los apagones, y al maltrato verbal por parte de los “servidores públicos”.

domingo, 8 de mayo de 2011

No debe haber delito, si no hay víctima

Respecto a la propuesta gubernamental que se configure como infracción penal que el empleador no afilie al seguro social al trabajador:
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Uno de los hitos que marcan el ingreso a la mayoría de edad, es ser capaz de velar por sus propios asuntos.
El trabajador se compromete a ejecutar la actividad pactada, y el empleador a pagarle el monto convenido. He ahí las obligaciones de parte y parte. El trabajador sabrá qué hace con su sueldo.
Algunos trabajadores reciben el almuerzo en sus empresas, pero la mayoría lo compra con su propio sueldo. Configurar como infracción penal que una empresa no dé almuerzos, sonaría traído de los cabellos.
Ya que es interés del trabajador contar con un seguro social, debería considerarse obligación de él mismo contratarlo, no de la empresa donde trabaja.
Obligada la empresa por ley, contra su voluntad, a velar por mis asuntos, no debería sorprenderme que los descuide y me perjudique. ¡Nadie cuida mejor mis intereses, que yo mismo!
Que nuestros asuntos estén en manos de los demás, es reducirnos a seudo-adolescentes que necesitan “tutela”; es una perjudicial reducción de la libertad.

sábado, 23 de abril de 2011

¿Gobierno socialista? Qué va

El gobierno actual puede ser clasificado como mercantilista y populista.
Mercantilista: hay empresa privada, controlada por el gobierno; éste es el “gran planificador” y establece las “políticas de desarrollo”; apoya ciertas industrias, y a otras no; quiere aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones, y evitar que “salgan los capitales”; afirma que la ganancia de unos, es pérdida de otros; promueve la sustitución de importaciones, y cree en la teoría de la dependencia. (Por supuesto, cada una de estas creencias son falaces)
"Populismo": designa «corrientes caracterizadas por su aversión discursiva o real a las élites económicas e intelectuales, su rechazo de los partidos tradicionales, su denuncia de la corrupción política por parte de las clases privilegiadas y su constante apelación al pueblo como fuente del poder. Los personajes populistas se caracterizan porque afirman enfocarse en el pueblo y velar por éste» (Wikipedia).
Mercantilismo + populismo, la misma fórmula que ha existido siempre en el Ecuador.

martes, 8 de marzo de 2011

Nuestros antepasados se avergonzarían de nosotros

Nada qué hacer: los ciudadanos de antes eran de otra estofa.
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Los valientes quiteños de la colonia se rebelaron contra la corona, cuando les impuso la alcabala, que era como un IVA.
Por tan sólo el dos por ciento de las transacciones mercantiles, el cabildo quiteño luchó con denuedo, y fueron reprimidos cruelmente. Sin juicio alguno, los españoles ahorcaron y decapitaron a los caudillos de la revolución, exponiendo sus cabezas en la plaza grande.
Ahora los quiteños empresarios no sólo pagan una “alcabala” (IVA) de seis veces más que sus antepasados; también deben desprenderse de la cuarta parte de sus ganancias como impuesto a la renta, y renunciar a un quince por ciento adicional para repartirlo entre quienes no han invertido un centavo en el negocio... El empresario quiteño trabaja de enero a mayo sólo para pagar impuestos y repartir utilidades.
¿Qué habrían hecho nuestros antepasados contra una alcabala del 12% y regalar las ganancias de cinco meses?