sábado, 29 de octubre de 2011

La jubilación a los 65, ¿un mero ensueño?

Desde que en 1935 Roosevelt fijó la jubilación a los 65 años, esa edad se ha convertido en la esperanza de quienes desean al fin descansar, cosechando los frutos de una vida de trabajo.
Pero en 1935 la esperanza de vida era de tan sólo 60 años: la mayoría de trabajadores moriría antes de poder jubilarse. El sistema se había diseñado suponiendo que la mayoría de los afiliados no demandaría la jubilación.
En el Ecuador de hoy, con una esperanza de vida de más de 73 años, de acuerdo con el plan original de Roosevelt la jubilación sería ¡casi a los 80 años!
Los problemas actuariales del IESS se parecen a los de una lotería en la que la mayoría de concursantes empiezan a ganar los premios.
Durante toda la historia, el destino del hombre ha sido trabajar “hasta que el cuerpo aguante” para arrancarle a la naturaleza su sustento. Ese sueño moderno de vivir la vejez sin trabajar, aparte de una anomalía histórica, tal vez sea una expectativa poco realista.

viernes, 21 de octubre de 2011

Somos una sociedad de criminales

Nos indignamos, con razón, cuando los delincuentes se apropian de los bienes de una familia, adquiridos con tanto esfuerzo.
También cuando un traficante de tierras, amo y señor de "su" cooperativa, bajo amenazas extorsiona a los vecinos y exige dinero y servicios, para destinarlos a los usos que crea "convenientes".
Otros, sin embargo, usan el gobierno para apoderarse de la propiedad ajena, y lamentablemente no son objeto de censura categórica, pues lo hacen bajo un velo de legalidad.
Ambos usan la amenaza de violencia física para apoderarse del fruto del trabajo ajeno: abiertamente, los delincuentes comunes; veladamente, aquellos que se apropian de lo ajeno desde el poder político.
Si votamos por ellos, y apoyamos con entusiasmo sus "políticas redistributivas", con la esperanza de beneficiarnos de las migajas que resultan de despojar injustamente al prójimo, ¿podemos concluir que somos una sociedad de criminales?