Con frecuencia se oye de irregularidades en la entrega de licencias de conducir. En parte se debe a que los funcionarios inescrupulosos no sufren las consecuencias de su irresponsabilidad: no deben indemnizar a las víctimas de los accidentes de tránsito.
Por eso hay quienes recomiendan que sean las aseguradoras quienes otorguen las licencias, que incluirían un seguro de accidentes. Como en caso de siniestro la aseguradora deberá desembolsar ingentes sumas, querrá cerciorarse de la idoneidad de los candidatos.
Para muchos choferes irresponsables el costo del seguro–licencia se volverá prohibitivo, por lo que quedarán prácticamente excluidos de conducir: nada de “puntos recuperables” con sólo asistir a seminarios, etc.
Si estamos aún lejos de encargar a las aseguradoras la emisión de licencias de conducir, por lo menos puede exigirse a los conductores contar con un seguro “personal” que cubra a terceros, a más del SOAT actual que se otorga “al vehículo”.
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