El sistema presidencial, en una imagen |
En el sistema presidencial que tenemos ahora, el presidente es el jefe de todo el gobierno. Hay un riesgo constante de que la gente lo vea como un “mesías”, un “líder irremplazable”, “sin el cual el país iría al abismo”.
Por supuesto que todo eso es falso. Lo que el país necesita es alguien que se preocupe de administrar los asuntos públicos sin creerse un mesías que puede violar los derechos humanos “para el bien común” porque ha ganado elecciones.
En un sistema parlamentario, si se elige presidente, no se le da poder real; el verdadero poder radica en la asamblea, quien designa a un primer ministro, quien es la cabeza de gobierno.
Éste responde por su cargo directamente a la asamblea; si pierde el favor de ésta, puede ser removido.
De esa manera se evita que un presidente “fuerte” responda de su gobierno sólo “ante el pueblo, cada cuatro años”. El primer ministro sabe que su cargo no está asegurado (tampoco su carrera política), así que más le vale hacer un buen trabajo. Es un buen freno al poder.
Una remoción de primer ministro no es tan catastrófica para la institucionalidad como lo es la remoción de un presidente. De ahí que en un pueblo como el ecuatoriano, tan dado a demostrar su descontento, el sistema parlamentario proporcionaría un cauce institucional a una costumbre popular.
El pueblo asimismo se iría olvidando de la dañina costumbre de buscar “mesías, salvadores y líderes fuertes” y más bien tornaría a mirar a las instituciones, no a personas, en casos de necesidad.
Las democracias que mejor funcionan y tienen mejor estándar de vida tienden a emplear un sistema parlamentario: Alemania, Canadá, Australia, Noruega, Japón, Nueva Zelanda; difícilmente nadie recuerda al primer ministro de Canadá o Noruega, países que funcionan eficientemente, mientras que pésimos presidentes como Maduro y los que Ud. tiene en mente son conocidos mundialmente por el daño que causan a los países que los sufren (y eligen). Las sangrientas dictaduras son el sistema presidencial llevado al extremo (sin contrapesos).
En América Latina en general ha predominado el sistema presidencial, con su historia de caudillismos, populismos, dictaduras, guerras, etc. ¿No es hora de probar un nuevo sistema?
Este artículo de Ivonne Guzman ahonda en el tema http://www.elcomercio.com/opinion/presidencialismo-estupido-opinion-ecuador-politica.html La caricatura es del siempre excelente Bonil @BonilCaricatura facebook.com/caricaturistaBONIL
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