miércoles, 19 de febrero de 2014

La política: primitiva barbarie

En estas elecciones, recordemos que la política es una reliquia de un pasado bárbaro.
Gobiernos como los actuales, en los que unos hombres mandan a otros, existen desde hace cinco mil años. ¿Qué otra tecnología de hace cinco mil años se usa aún? Ninguna.
Ya no encendemos fuego con pedernal ni escribimos en tablillas de barro, pero la política sigue basada en la violencia.
Quítenle la violencia a los gobiernos y se convierten en mediocres ONG. Sin violencia para cobrar impuestos, nadie les daría un centavo a los políticos; no podrían pagar a sus legiones de esbirros y el gobierno desaparecería en pocas semanas.
La política no puede existir sin la fuerza bruta. Toda la política, todo el gobierno, se basa en una sola “transacción”: quitarle dinero a la gente contra su voluntad. Sin eso, el gobierno deja de existir. 
«Pero existen para hacer el bien», pensará Ud.  «Para asegurar el bien común, para evitar desmanes, para ayudar a los pobres».  
Eso es lo que le quieren hacer creer a Ud.: que son indispensables.  No lo son.
  En realidad los gobiernos existen sólo para que unos poderosos y violentos vivan a costa de los demás, como parásitos.  Exactamente tal como la "mama Lucha", de infausta memoria, o cualquier otra banda de mafiosos y extorsionadores.  
Claro: hacen obra, regalan dinero... siempre que eso les ayude a mantenerse en el poder.  Si eso no es suficiente, mostrarán su verdadera cara: la violencia, que es lo último que los sostiene en el poder.   
Mas pese a que “el gobierno” es la queja más común y causa lospeores males (miren a Venezuela), nunca cambia su esencia.
Ni nadie puede intentar formas alternativas de sociedad; si lo hacen, vienen hombres armados a encerrarlos, y si se resisten, les dispararán. Con suerte, sólo les quitarán su dinero multándolos.
Asimismo, recordemos que votar no cambia nada. Como decía un sticker de hace tiempo, «si votar cambiara algo, votar sería ilegal».
"Deposite aquí su voto"
Las elecciones son más bien “rituales que nos dan tranquilidad”, como los que practican quienes sufren de trastorno obsesivo–compulsivo. Es decir: no sirven para nada, pero si no las hacemos, nos ponemos muy nerviosos.
"Si piso las rayas, algo terrible sucederá. Lo mismo si no voto"
  Como decía un político, «que marchen todo lo que quieran, con tal que sigan pagando sus impuestos». La política no cambia nada; su misión es mantener al pueblo tranquilo y obediente.
La verdadera función de las elecciones.
¿Algún día evolucionaremos esta bárbara institución?

Fuente: Las excelentes ideas de Paul Rosenberg en http://www.freemansperspective.com/stop-caring-about-politics

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